8/06/2006

Tiempos de crisis en los años 50

El éxito de estas dos películas musicales citadas en el epígrafe anterior y la creciente popularidad de Amalia Rodrigues en Brasil, no paso desapercibida para Leitão de Barros, que pensó en una gran coproducción luso-brasileña que tuviera como tema la vida del poeta Castro Alves, en concreto su lucha antiesclavista y su pasión por la actriz portuguesa Eugenia de Câmara, papel que interpretaría Amalia Rodigues. La película "Vendaval Maravilloso" no fue bien recibida por crítica y público y acabó en el olvido, hasta el punto de que hoy sólo ha sido posible recuperar pequeños fragmentos de la misma tras un incendio que asoló el local de la productora brasileña donde se almacenaba.
La crisis, que ya tomaba visos de realidad, se fue agravando, fruto también de la cada vez mayor presión de la censura, que en los años 50 y 60 llegaba a mutilar de tal modo las películas que, en ocasiones, acababan por ser irreconocibles y completamente ininteligibles.

L los 50, tomando el relevo algunos ayudantes de dirección, en ocasiones de un modo bastanteos directores de prestigio se fueron alejando de la realización, especialmente en la década de rudimentario, lo que acentuaba su inferioridad frente a las producciones extranjeras. De este periodo es de justicia citar a Manuel Guimarães (1915-1975), que con sensibilidad y buen gusto firma Saltimbanquis, sobre el periodo de decadencia de un pequeño circo ambulante.
La mayor novedad que produjo la década de los 50, dominada por la falta de imaginación y de medios, fue la aparición de cineclubes y la apertura al público de la Cinemateca portuguesa, en 1958. Fue también la década de la reaparición de Manoel de Oliveira tras una estancia en Alemania estudiando las cuestiones técnicas relativas al uso del color. En 1956 presenta el documental El pintor de la ciudad, sobre la obra del pintor Antonio Cruz, y tres años después el medio metraje El pan, sobre lo que podríamos llamar el ciclo de la simiente, desde su fecundación hasta convertirse en pan.
En este periodo, el Estado se muestra favorable a la creación de la televisión, a la que ve como un instrumento propagandístico que difunda documentales que elogien al régimen. A pesar de ello, hay que destacar la oportunidad que el Consejo del Cine ofreció a algunos jóvenes cineastas para salir al extranjero a seguir cursos de formación, al tiempo que la televisión proporcionaba, principalmente en el campo del reportaje, el contacto y conocimiento de material técnico moderno.

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